Hace
ya más de ocho décadas que abrimos nuestra fábrica
de toldos en Valencia, y podemos afirmar lo mucho que han cambiado los
materiales empleados en todo este tiempo.
La sustitución de los antiguos tubos de hierro por un material mucho más
ligero como el aluminio ha sido posible gracias a la incorporación de nuevos
materiales en las lonas.
Hace años, antes de que la industria incorporáramos las fibras artificiales, el
único material para lonas que entraba en nuestra fábrica de toldos en Valencia
eran las lonas de algodón de
diferentes grosores y estampados. Un material muy resistente, pero también con
una gran capacidad de absorción de agua, de modo que, cada vez que llovía, la
lona podía triplicar su peso hasta que se secaba por completo. Sin embargo, los
tejidos que empleamos en la actualidad, además de ser mucho más livianos en
seco, repelen inmediatamente todo el agua de lluvia por lo que los elementos de
sujeción ya no tienen que ser tan resistentes y han sido sustituidos por los
brazos de aluminio, cosa que también nos permite hacer toldos de mayor
superficie.
El agua que se acumulaba en las lonas de algodón era también la causa de la
aparición de hongos sobre la lona al enrollarse el toldo sin esperar a que se
secase por completo. Estos hongos eran la causa de que, poco a poco la lona
fuera pudriéndose.
El agua no era el único enemigo del toldo de algodón. Los rayos ultravioletas,
poco a poco, iban decolorando los tintes de las lonas, por lo que, tras unos
años, el toldo iba perdiendo su luminosidad. Por el contrario, las lonas
modernas que empleamos en Toldos Galarza
no se ven afectados por los rayos ultravioletas del sol.